Casarse en el Castell de Sant Gregori es un verdadero privilegio para cualquier pareja que sueñe con una boda mágica en Girona. Y para mí, como fotógrafo de bodas en Girona, capturar momentos en este lugar es un regalo. Si además los protagonistas son parejas tan auténticas y especiales como Luis y Memy, la experiencia se convierte en algo inolvidable.

Luis, un tío de mar, elegante, y Memy, con su energía arrolladora y un estilo impecable, hicieron de su boda un evento único. La conexión con ellos fue instantánea; de hecho, Raquel se probó el mismo vestido de Memy para nuestra propia boda. Desde el primer momento, sentimos que éramos parte de su historia.

El Castell de Sant Gregori es uno de esos lugares que te atrapan. Cada rincón está diseñado para que la magia ocurra, con su entorno natural y su arquitectura de ensueño. Siempre que llego a un espacio nuevo, me gusta explorar cada detalle, y aquí, cada rincón parecía hecho a medida para la fotografía de bodas. Por eso, siempre recomiendo a las parejas que buscan un fotógrafo de bodas en Barcelona o Girona considerar este tipo de localizaciones exclusivas.

Desde que renovamos nuestra web, no había compartido casi bodas en el blog, pero esta historia se merecía un espacio especial. Fotografiar bodas en sitios como este refuerza mi locura por contar historias, que locura de años estamos viviendo. Y aunque mi trabajo como fotógrafo de bodas me lleva a diferentes destinos, desde bodas en Mallorca hasta bodas en Barcelona y más allá, hay bodas que te dejan una huella imborrable.

Gracias al equipo del Castell de Sant Gregori por su profesionalidad y calidez. Y gracias a la fotografía de bodas por permitirme descubrir lugares tan increíbles.