CALATAYUD
@csantanatalia
Guitarras españolas y bouzoukis griegos
Este verano tuvimos la fortuna de capturar una boda que fue un auténtico crisol de culturas: una boda griego-española en el corazón de Aragón. Imagina un pequeño pueblo que parece sacado de una postal, con calles adoquinadas y rodeado de naturaleza, donde el tiempo parece detenerse. Ese fue el escenario perfecto para que Sandra & Alexandro unieran sus vidas en una celebración que combinó lo mejor de ambos mundos.
La ceremonia tuvo lugar en una ermita pequeña pero con un alma gigante, un rincón lleno de historia y carácter, ideal para una boda íntima. Rodeados de sus seres más queridos, Sandra & Alexandro intercambiaron sus votos mientras el sol se ocultaba lentamente tras las colinas, pintando el cielo con tonos dorados y rosados, y creando un ambiente mágico para dar inicio a una noche de verano perfecta.
Lo que hizo única esta boda fue la fusión de tradiciones. Desde la música, que viajaba entre las apasionadas guitarras españolas y los vibrantes bouzoukis griegos, hasta los pequeños detalles en la decoración, cada elemento reflejaba la esencia de dos culturas que se entrelazaban con armonía. Las mesas al aire libre, adornadas con flores silvestres y luces colgantes, crearon un entorno acogedor y cálido bajo un cielo estrellado que parecía acompañar la unión.
La sencillez fue el hilo conductor de esta celebración. Sin grandes lujos, los novios apostaron por una boda que brillaba por su autenticidad y su conexión con el entorno natural. Nada de artificios, todo corazón.
Son bodas como esta las que nos recuerdan por qué hacemos lo que hacemos. Porque cada historia de amor es un universo propio que merece ser contado, y esta, con su mezcla de culturas y su autenticidad desbordante, es sin duda una de esas historias que nos llevaremos en el corazón por mucho, mucho tiempo.